LA FRONEMOFOBIA DE LA BUROCRACIA

Empecemos dejando en claro que la fronemofobia es ese persistente, anormal e injustificado miedo a pensar; fobia que parecen padecer muchos de los burócratas en nuestro país y en la región.

La burocracia es un cuerpo necesario en toda organización estatal, ya que ellos son los encargados de la dirección y ejecución de las políticas públicas, siendo los gestores intermediarios entre el pueblo y el Estado para «resolver» las necesidades.

Pero será que resuelven? En algunos casos no, pero en otros sí, siendo ese «sí» condicionado a convertir el trámite burocrático en un vía crusis que le exige tiempo y dinero, a la final se transforma en sentimientos de impotencia y de resignación a esperar la voluntad de unos cuantos.

He conversado con varios burócratas y sus respuestas convergen en una excusa simple: «Ese es el papeleo que hay que hacer, nosotros nos limitamos a cumplir con el método correspondiente y usando los pocos recursos que se nos brinda». Waaaaaooo, suena como una respuesta lógica en todo sentido pero que entre líneas resaltan dos palabras, mediocridad y mentira.

Mediocridad, porque se demuestra la falta de eficacia para trabajar de mejor manera con los recursos que poseen, y demuestra la falta de creatividad y decisión administrativa para obtener más recursos (legalmente) que optimicen el servicio que brindan. Muy pocos son los que piensan en desarrollo organizacional, enfatizando el capital humano y la ayuda tecnológica, para dinamizar los procesos y mejorar radicalmente el entorno de los usuarios y de los mismos burócratas. La gran mayoría se dedica a firmar y sellar sin importarles donde tienen falencias sus procesos. Ese miedo a razonar por comodidad y conveniencia, que los postra a continuar con mecanismos caducos que retrasan el crecimiento de una nación.

Mentira, porque esas trabas que ellos dicen tener, parecen desaparecer cuando se acerca el amigo Don Dinero, o la influencia por autoridad o amistad. Aunque también en algunas de esas soluciones «repentinas» para aquellos que ejercen una presión directa sobre el burócrata, está la ilegalidad como base; saltándose procesos, falsificando documentos, etc. Bien dicen por ahí que no hay mejor lubricante para las máquinas viejas de la burocracia que el aceita dinerol.

Pero dentro de todo esto de la fronemofobia burocrática por comodidad o conveniencia, se encuentra un hecho muy curioso y fácilmente visible: la demostración de la falta de capacidad de control por parte de las máximas autoridades de un Estado, que hace que esta traba burocrática sea el recipiente donde se laven las manos para justificar su ineficiencia y a la vez sea la mano negra para recibir coimas y/o ejercer presión sobre quienes ellos deseen.

Todo esto seguirá ocurriendo mientras nosotros no ejerzamos todos nuestros derechos, ni denunciemos la corruptela y la lentitud en los procesos. Pero sobretodo, la causa mayor de esta herencia medieval será siempre la falta de decisión política de las autoridades competentes dentro de cada uno de los poderes AUTÓNOMOS de un Estado.

DEMOCRACIA DICTATORIAL

Hay «democracia dictatorial»? Claro, es la que está vigente en Cuba, aunque esa es más caretuca ya que solo hay un partido político.

Pero a la democracia dictatorial prefiero llamarla «democracia errante» ya que es aquella en la que por medio del voto se aprovecha la devoción fetichista de un pueblo hacia un hombre, cuyo fin es apoderarse de todos los órganos de un Estado para legitimar lo fraudulento.

Talvez crean que no hay manera de que una democracia sea dictatorial, creanme que sí. La única diferencia con la dictadura per sé es el inicio del sendero que conduce al pantano; mientras la una es embaucadora, la otra te somete a la fuerza sin rodeos. A la final, cuando reaccionas te das cuenta que la primera termina también subyugándote a un tirano.

Pero cuál es el verdadero orígen de este tipo de «democracia errante»? Acaso la culpa es solamente de un candidato que nos mintió? O el pueblo que lo designa Presidente es el causante de este fracaso cívico? Muchos dirán solamente «churin-churin-funflais», otros pensarán que la culpa es de la vaca y algunos ya se habrán dado cuenta de todo.

Mi humilde opinión es que TODOS somos causantes de la dictocracia, unos por creer en sistemas de gobiernos caducos y fracasados como nos lo ha demostrado la historia, otros por confiar en las palabras del candidato enmascarado, y otros simplemente porque no pensaron y les valió madre la elección Presidencial.

Pero tras todo esto está el mayor de los culpables, el que no hace nada cuando se da cuenta que se le ha mentido o que a quien le depositó su confianza, fracasó. Ese que se sienta frente a un televisor y escucha en las tristes noticias: – el capitán del barco mantiene su rumbo directo hacia un iceberg – y se aferra a la esperanza de que otros hagan algo. Eso solamente es entendible y aceptable en ancianos, quienes ya han luchado por una nación.

Para estos casos hay que actuar, unir, fiscalizar, aportar con ideas y alzar la voz; recordando siempre que le tememos a UNO pero él nos teme a TODOS y que su dictadura se edifica en la ausencia de nosotros mismos.

Origen desde la masa.

“Desde la masa” es un blog creado bajo dos conceptos básicos en la sociedad. El primero se centra en la masa encefálica, de donde nace el razonamiento humano, donde se almacena el conocimiento y donde usamos dicho elemento según nuestra ética y moral inculcada o auto-aprendida. Donde mezclamos conocimiento con necesidad y surgen las mejores soluciones, perfectibles siempre.

El segundo, se basa en mi procedencia que es pueblo, un niño sin cuna de oro en cuanto a riqueza monetaria se refiere, pero en un hogar cálido, con alegrías de todo tipo y tristezas de dos clases: la tristeza enraizada por sucesos que dejan huellas que debemos conquistar para transformarlas en algo positivo; y aquella tristeza puta que se vende por alguna baratija. Este concepto toma forma de las vivencias en la calle, desde estar en un estadio donde vibra el concreto al grito de “un solo ídolo tiene el Ecuador….” o en la protesta hacia un gobierno injusto y vendimiador, hasta estar en un hospital, aprendiendo de libros, de experiencias de mis maestros y sobretodo con las lecciones de vida que se abren como libros en los corredores,  ahí donde he visto sufrir a familias enteras, incluida la mía, por la agonía de un ser querido. Ahí donde he visto ancianos y niños recibiendo golpes duros de la vida, secuelas que a lo largo de nuestra existencia nublan nuestra visión con lágrimas al ser recordadas.  Desde ahí parte este espacio como una ventana directa a mis pensamientos con conocimiento de causa y una hoja para narrar la historia de aquellos protagonistas del día a día.